jueves, 24 de noviembre de 2011

DEMASIADO DESPIERTO

Estoy por tierras de Cuenca. Muy cerca de Tarancón. Son unas maniobras de la “mili”. Voy en un todo terreno.
Al finalizar la jornada, el Teniente propone ir a los bares del pueblo a tomar unos vinos.

Lo primero que hago es dirigirme al teléfono público. Tengo que llamar a casa. Necesito hablar con mi Padre.
 .- ¡Hola! ¿Cómo estas?.
 .- Bien. (Contesta seriamente, con un tono de voz, que advierto que las cosas no van bien).
 .- ¿Qué dice el médico sobre las pruebas que han hecho a Marí Carmen?.

- Nos confirman lo que ya nos temíamos. ¡Es leucemia!

Un nudo tengo en la garganta que no se que contestar. Necesitaba estar con mi Padre. A su lado. Para darle ánimos. Pero no se me ocurre nada que decir.

Hoy en día, no recuerdo como me despido de la conversación.

Al colgar el teléfono los compañeros me reclaman para tomar unas copas.
No hago caso. Me quedo bajo la lluvia. Mojándome. Empapándome. Deseando que fuera un sueño y despertar.

Pero estaba demasiado despierto.


Rafael Nieto.     Madrid, 16 – 11 – 2011.

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